Wednesday, February 4, 2015

HABLEMOS DE MÚSICA

MÚSICA JUVENIL: ¿ARTE O CONSUMISMO?

En nuestra sociedad encontramos gran variedad de jóvenes, distintos en su personalidad, pero afortunadamente, iguales ante Dios; quienes habitan en un mundo agobiado por el consumismo y la inmediatez, donde intentan satisfacer sus más profundos deseos sin detenerse por un momento para cuestionarse si realmente aquello que hacen es bueno y verdadero para su construcción personal. Iniciemos hablando acerca del concepto de música, concebida anteriormente como un equilibrio, la unión de opuestos, que ahora, se ha degradado con su malinterpretación para fines grotescos en canciones promovidas por el género urbano en la ciudad de Medellín, específicamente el llamado reggaetón, el cual se ha convertido en un pretexto para liberar la conducta de los jóvenes. Siendo el reggaetón, por ejemplo un género musical urbano de gran trayectoria a nivel mundial, su ritmo y compás suelen ser atractivos para el oído humano y despertar gran interés a nuestros sentidos frente a éstos.

Pero, ¿acaso quienes escuchan atentamente su letra, son conscientes de su doble sentido de interpretación? Este tipo de música, realmente atenta contra la dignidad del ser humano y en especial, contra la concepción de música que pueda tenerse. Debido a que considera a quienes cantan o bailan dichas “melodías” -si así puede llamársele- como promiscuos o incitadores al sexo. Algunas personas, dirán que este acto debe ser normal al momento de hablar de él. Sin embargo, en la realidad actual, cada vez más incitan a que los jóvenes, a través de esta música  decidan tener relaciones sexuales a temprana edad. Pareciera como si aquellos que promueven el ámbito depredador y salvaje en las canciones del reggaetón intentaran que el ser humano sólo fuese percibido como un animal, tal como el biólogo francés Jacques Monod, (1970) cuando publicó su obra El azar y la necesidad, identifica claramente al ser humano con el animal, es decir, no expresa que el hombre tiene una mayor dignidad sino que éste sólo se diferencia del animal en que posee más capacidades físicas, por tanto es superior. De esta manera, se elimina toda posibilidad de trascendencia, viviendo únicamente para el aquí  y el ahora e impidiendo referentes morales. Asimismo expresa una reducción del hombre a lo biológico, igualándolo con el animal.


Paralelamente, un psicólogo del siglo XX, llamado Skinner, planteó que el ser humano sólo era un cuerpo capaz de realizar comportamientos, donde la dignidad no vale y surge a raíz de esto, un grave conductismo. De acuerdo a ésto, es posible que aquellas personas mencionadas anteriormente, traten de divulgar un reduccionismo en el hombre y posteriormente no es ajeno encontrarse hoy en día con corrientes como las que nos heredaron aquellos biólogos que concebían al hombre como un animal. Posiblemente, por esta razón es que los nuevos géneros musicales se han visto afectados. O si intentan generar un tipo de conductismo en la persona, cada que escuche estas letras, acompañadas de una buena música, hará lo que allí le pidan porque, aunque para muchos esto suela ser ridículo y que la letra de las canciones es independiente a su ritmo, es completamente falso. Prueba de ello es que algunos estudios científicos como la musicoterapia, han demostrado que el cerebro humano es sumamente sensible ante el compás de la música, lo que allí exprese, dicho constantemente puede quedar grabado en tu memoria, también puede ayudarte a superar depresiones, o si no, ¿cómo explicas que cuando te sientes triste, lo primero que haces es refugiarte en la música?


Teniendo en cuenta que cada ritmo escuchado tiene la oportunidad de formar nuestra personalidad, es importante prestar atención al tipo de música que escuches, porque éste puede convertirte en una persona de nobles sentimientos, tierna y solidaria. O, por el contrario, puede hacerte una persona violenta, agresiva e impaciente.

Antiguamente, la música intentaba expresarle a la sociedad los conflictos o problemas políticos económicos, entre otros. Que se generaban en determinado contexto histórico. El rock and roll, por ejemplo. Ahora, la música ha cambiado enormemente su interpretación y desafortunadamente ha sido reutilizada para fines reduccionistas del ser humano. Sabemos que el hombre no es sólo sexo, también es amor, es bien, es espiritualidad, es armonía, en síntesis, el hombre puede ser música, pero no la música que colocan en discotecas, Frases como “metelo, papi, metelo”, “A Ella Le Gusta Sentir El Roce En La Falda ...De Nalga Con Bicho Bicho Con Nalga”, NO, eso no es música, la música es el arte del equilibrio, de la justicia, mas no del reduccionismo.  Canciones que hablen sólo de sexo, no merecen ser consideradas como música. Porque la música es un todo.
 
De acuerdo a lo anterior, se ha llevado a la sociedad a que piense en la música como un factor degradante en la vida que alimentan los jóvenes. Nuestros padres se preocupan cuando sus hijos asisten a una fiesta, sencillamente porque saben y son conscientes de la clase de música que nos han enseñado a bailar. Pero, sencillamente, a los jóvenes podría hacerles una pregunta: ¿Saben realmente, por qué escuchan aquella música? Y su respuesta sería, para muchos: “Porque me gusta”, “porque a mi novio(a) le gusta”, etc.  En fin, no tienen argumentos sólidos y convincentes para escoger aquel género, simple y llanamente han optado por salir de sus hogares, bailar, embriagarse, únicamente por hacer lo que “mis amigos” hacen. Pero, ¿Por qué no, comenzar a apreciar la música desde su belleza, armonía y equilibrio? En lugar de pensar en la música e inmediatamente referirla al reduccionismo humano, como si fuésemos seres depredadores, cavernícolas que únicamente esperamos el cuerpo de la otra persona.  Afortunadamente, el hombre es muchísimo más que sólo cuerpo. Somos unidad bio-psico-espiritual y debemos luchar cada día por fortalecer cada uno de aquellos aspectos.


Y tú, mujer, ¿Consientes o admites que un hombre baile reggaetón contigo, aun sabiendo que éste lo único que espera de ti es el sexo? ¡Valórate!, no permitas semejante atropello a tu dignidad de mujer femenina. La dignidad sí es importante, o si no, dónde queda cuando bailas y cantas este tipo de canciones que -si prestas atención-, sólo hablan de que la mujer es un objeto sexual, una cosa de la cual el hombre utiliza y tira cada que su ánimo se lo aconseje. Definitivamente, debemos aprender que todo tiene su relación, el hecho no es que si te gusta la música y no la letra de aquella música, no te importará y seguirás escuchando su ritmo. Lamento informarles que, gracias a el tiempo que llevo estudiando la música desde su belleza, armonía, lenguaje pleno y equilibrado del hombre; me he dado cuenta que todo, absolutamente todo tiene relación. Es decir, si escuchas el reggaetón, el rock, el pop o cualquier género musical de tu gusto; quiere decir que aceptas la letra que su ritmo contiene. De lo contario, reduciríamos el concepto pleno de la música. Ésta es lenguaje, y como sabemos, el lenguaje es expresión del alma, se encuentra acompañado de nuestros sentidos. Sin éstos no podríamos efectuar una buena comunicación. Así que es lo mismo con la música, no reduzcas su verdadero significado.



Sunday, February 1, 2015

REFLEXIÓN: EL TRABAJO DE LOS PSICÓLOGOS


CONOCIMIENTO HUMANO

¿QUIÉN ES EL SER HUMANO?




La pregunta por el hombre ha cautivado el pensamiento de muchos intelectuales, desde los antiguos griegos hasta nuestra contemporaneidad, la pregunta “qué es el hombre” es resuelta desde la antropología, mientras que la pregunta “quién es el hombre” es abordada desde la psicología, a través de conceptos dualistas, pesimistas y optimistas. En los conceptos dualistas se divide al ser humano en dos realidades, una que podemos medir y cuantificar y otra que no podemos ver, por ejemplo, el dualismo entre cuerpo y alma propuesto por Platón. En los conceptos pesimistas se afirma que el hombre definitivamente es un ser malvado y por ende, tiende a la maldad, por ejemplo, el postulado de Hobbes: “el hombre es un lobo para el hombre”. De esta manera se crean leyes para controlar su maldad. Mientras que los conceptos optimistas creen que el hombre es bueno por naturaleza y que la sociedad se construye por contrato social, por ejemplo, los postulados de Rousseau, los cuales consideran que las leyes están hechas por el hombre para buscar el bien común.


Por otro lado, la historia de la filosofía moderna, por ejemplo, ha dejado de orientar su investigación sobre el ser y se ha concentrado en el estudio del conocimiento humano, destacando sus límites y condicionamientos, lo cual ha llevado a agnosticismo y relativismo, a escepticismo general. Sin embargo, los valores y la moral también son indispensables en la búsqueda del conocimiento y de ésto no se ha percatado el modernismo. En el hombre abunda además la nostalgia de Dios, expresada en la actualidad a través de las diferentes ramas del conocimiento, como por ejemplo: la música, danza, arte, arquitectura, poesía, entre otros. En la encíclica Fides et ratio (fe y razón en latín) escrita por el papa juan pablo II el 14 de Septiembre de 1988 se habla acerca de la fe y la razón como dos alas que se necesitan la una de la otra para volar en busca de la verdad, son dos caras de una misma moneda que impulsan a la persona a viajar en busca de aquello que es bueno y le perfecciona como ser humano. La razón afirma lo que creemos por fe y tanto la razón como la fe se pueden complementar para buscar la verdad, es decir, Dios. Con el objetivo de alcanzar la plenitud humana, lo bello, bueno y verdadero que hace que el hombre triunfe gracias a su confianza. La Iglesia no es ajena a esta búsqueda del hombre, la comunidad creyente participa del esfuerzo de buscar la verdad y se hace responsable de anunciar las verdades encontradas, con la conciencia de su parcialidad frente a la verdad total revelada por Dios.




No obstante, si se analiza la historia durante el período de la edad media se creía que el hombre había sido creado a imagen y semejanza de Dios, el hombre tenía en su interior una huella, marca que le caracterizaba del resto de las criaturas del reino animal, teniendo la posibilidad de amar y poder ser amigo de Dios. Sin embargo, y con el transcurrir de los años, la edad moderna y propiamente el siglo de las luces dio paso a diferentes corrientes de pensamiento que propiciaron un sabotaje a esta consideración de lo que era el hombre, originando cuatro rupturas frente a sí mismo (con Dios, consigo mismo, con los hermanos humanos y con la naturaleza o lo creado). Personajes memorables como Nietzsche, Marx y Freud, considerados públicamente como los maestros de la sospecha por establecer un cambio de pensamiento y, por ende, una ruptura con las consideraciones ideológicas tradicionales y los pensamientos que ubicaban a Dios en el centro del conocimiento. Estos tres grandes personajes impulsaron nuevas corrientes de pensamiento con la característica del antropocentrismo, es decir, desplazaron e ignoraron el papel importantísimo que Dios cumplía en el mundo contemporáneo. Debido a estas rupturas ideológicas, ahora se cree entonces que es el hombre quien ha creado a Dios y que gracias a su condición débil crea un Dios fuerte para sentirse así, siendo éste el resultado de una proyección de la dimensión psicológica del ser humano, mas no un ser superior, tal y como era considerado al principio de la historia.




Pero de algo no se percataron estos personajes que se encargaron de promover un mundo utópico y trivial, y es que en el ser humano habita el deseo insaciable por conocer la verdad y Edith Stein decía en el contexto de la segunda guerra mundial estas palabras que aún hoy se pueden constatar en nuestra realidad: “quien busca la verdad, sea o no consciente de ello, busca a Dios” y es cierto, el hombre se pregunta continuamente por un mundo que va más allá de lo que alcanzan a percibir sus sentidos, va más allá del abismo de placeres momentáneos e incluso fugaces que nos deslumbra nuestro diario vivir; el hombre se pregunta por quién es, de dónde viene y por supuesto, hacia dónde va, y quién mejor para responder a estos cuestionamientos que el mismo Dios, quien nos enseña su camino a través de sus obras; enseña a amar de verdad y a creer en una vida más allá de la muerte y de las concupiscencias terrenales; a tener esperanza, fe y caridad para restaurar la existencia humana y darle sentido a las acciones y acontecimientos que transcurren diariamente. De esta manera, es importante pensar entonces que el ser humano no es un ser determinado ni mucho menos creado para vivir a espaldas del plan de Dios, a espaldas de la felicidad y realización personal que podrá alcanzar si logra reconciliarse con Dios, consigo mismo, con los demás, con las obras de la naturaleza creadas por Dios y aceptar los límites de su razón para conocer la realidad. Aceptar que la razón necesita de la fe para delimitar el camino hacia lo que hace feliz al ser humano, atravesando por un particular anhelo de infinito, distinto a la experiencia de la limitación racional, dicho anhelo le permite a la condición humana estar alerta de su realidad trascendente, aspectos como el conocimiento de la verdad, de sí mismo y de Dios sólo podrá ser abordado desde la unidad entre fe y razón. El psicólogo es, sin duda, un instrumento de Dios para ayudarle al paciente o consultante a encontrarse a sí mismo, a reconciliarse y encontrarse con Dios, es quien le debe ayudar a la persona a iniciar un proceso de metanoia, es decir, transformación de mente para concretar su realidad trascendente.



CIBERGRAFÍA

Wojtyla, K. (Recuperado 20/03/2014). Carta encíclica Fides et Ratio. Iglesia católica. Disponible en: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091998_fides-et-ratio_sp.html.






Wednesday, January 21, 2015

VÍNCULO FAMILIAR


FORTALECIMIENTO DEL VÍNCULO ENTRE PADRES E HIJOS Y SUS CONSECUENCIAS EN LA ADOLESCENCIA

El apego o vínculo es el lazo invisible que une a las personas. Cuando el niño siente que sus necesidades son cubiertas en el contexto de una buena relación con sus padres, se garantiza el desarrollo de una persona integral en un futuro; con seguridad, autoestima, identidad, criterio y decisión. De esta manera, los padres son responsables de acompañar a sus hijos en el proceso de su desarrollo, estableciendo un vínculo con éstos, supliendo sus necesidades básicas y brindando todo el amor y cariño que un ser humano requiere para sobrevivir. Sin embargo, en una sociedad donde los padres han perdido las esperanzas frente al modo de crianza y educación que imparten a sus hijos, crean gran cantidad de estrategias tecnológicas, para confiar en que están llevando a cabo su rol de padres correctamente.




Siendo la violencia, la marginación, la intolerancia y la discriminación, el pan de cada día de nuestra cultura paisa, en donde los jóvenes pueden enajenar esta realidad tras una pantalla de tecnología, la cual brinda un prototipo de felicidad superficial, compañía y aprendizaje que los padres no dedican para aquellos jóvenes. Sabemos que ni el computador, ni la internet, ni los videojuegos, entre otros; educarán a nuestros pequeños tanto como el calor de un hogar, la atención de unos buenos padres y el aprendizaje músico-artístico que reciban durante la etapa de la primera infancia. De esta manera, hago un llamado de atención a los padres para que atendamos las necesidades de los pequeños durante los primeros tres años. Permaneciendo atentos a todo tipo de aprendizaje que el niño recibe, el ambiente en el que se encuentra y las personas con quien frecuenta. Debido a que, de acuerdo al entorno donde se desenvuelva, éste influirá notablemente en la conducta del menor en el futuro. Asimismo, en el libro, “Todo niño viene con un pan bajo el brazo”, escrito por José Luis Gonzalo Marrodán y Óscar Pérez-Muga, se afirma que “el ser humano configura su estructura durante los primeros tres años” (pág. 23).


Así, desde muy temprana edad, cada niño posee la singular capacidad de aprender y es en este período de tiempo de los cero a los tres años cuando el pequeño tiene una primera imagen de lo que es la vida y cómo se debe relacionar con los demás. De lo contrario, las graves consecuencias se verán cuando el pequeño comience a ser un adolescente. Cuando lleguen problemas a su vida, la manera de enfrentarlos dependerá de cómo fue educado en la infancia y, más propiamente de los cero a los tres años, porque es aquí cuando los seres humanos se comportan como una cámara fotográfica, que captan todo a su alrededor sin ningún obstáculo en mente. Es entonces, a medida que crecemos cuando nos desvinculamos de las figuras parentales o de nuestros cuidadores, para enfrentarnos a la vida individual y autónoma que exige el entorno inmediatista en el que nos encontramos. Es aquí cuando, dependiendo de cómo fuimos tratados en la primera infancia, lograremos relacionarnos con los demás. Además, se ve la posibilidad de desarrollar un trastorno de apego, cuando nuestros lazos afectivos no fueron atendidos y desarrollados a tiempo. Porque en nuestra memoria quedarán plasmados aquellos recuerdos que presenciamos en aquel momento de la vida y en un momento difícil recurriremos a las imágenes captadas de aquel entonces. En definitiva, para los jóvenes podríamos decir que: dime cómo te cuidaron y te diré quién eres…



De acuerdo a lo expresado con anterioridad, la principal causa por la que gran mayoría de adolescentes se encuentran “perdidos en su mundo”,  puede ser por haber tenido malas experiencias en su primera infancia, es decir, de los cero a los tres años propiamente. Razón por la cual, podemos observar en la cultura actual, muchos jóvenes inmersos en la drogadicción, la promiscuidad, la falta de aprecio por el arte y la cultura y el sinsentido con que enfrentan la rutina de su existencia. Todo esto como consecuencia de no haber tenido cuidadores o figuras parentales responsables de establecer un apego o vínculo en el cual pudiesen estar seguros hasta llegar la edad de la madurez. Todo depende de ti. Decide ahora y opta por una estimulación temprana, opta por compartir con tus hijos desde temprana edad, porque después no sabrás las consecuencias que tu ausencia acarreará en la personalidad y desarrollo emocional de este ser.


Educa a tu hijo en valores, en cultura, en música. Enséñale a estimular sus sentidos, realizando diferentes actividades para descubrir el mundo de los sonidos, los colores, la forma y el movimiento.

MEMORIA HUMANA

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”
(Jorge Luis Borges).

La pregunta por el hombre ha cautivado el pensamiento de muchos intelectuales, desde los antiguos griegos hasta nuestra contemporaneidad, la pregunta “qué es el hombre” es resuelta desde la antropología, mientras que la pregunta “quién es el hombre” es abordada desde la psicología, a través de conceptos dualistas, pesimistas y optimistas. En los conceptos dualistas se divide al ser humano en dos realidades, una que podemos medir y cuantificar y otra que no podemos ver, por ejemplo, el dualismo entre cuerpo y alma propuesto por Platón. En los conceptos pesimistas se afirma que el hombre definitivamente es un ser malvado y por ende, tiende a la maldad. Por ejemplo, el postulado de Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”. De esta manera, se crean leyes para controlar su maldad. Mientras que los conceptos optimistas creen que el hombre es bueno por naturaleza y que la sociedad se construye por contrato social, por ejemplo, los postulados de Rousseau, los cuales consideran que las leyes están hechas por el hombre para buscar el bien común.


Por otro lado, la historia de la filosofía moderna por ejemplo, ha dejado de orientar su investigación sobre el ser y se ha concentrado en el estudio del conocimiento humano, destacando sus límites y condicionamientos, frente a los cuales la ciencia se detiene. Además, en esta incesante búsqueda de conocimientos, la memoria es uno de ellos, y me permito seguir parafraseando a Cortázar al decir que es esa memoria la que nos define como hombres, puesto que sin ella seriamos cualquier otra cosa, como una planta, una roca, aire o agua. Siendo la palabra memoria proveniente del latín memorĭa, está formada a partir del adjetivo memor (el que recuerda) y del sufijo -ia- usado para crear sustantivos abstractos. Esto también dio origen al verbo memorare (recordar, almacenar en la mente). Si pensamos en la memoria como un “lugar” donde podemos almacenar información, también debemos pensar en el “vehículo” por el cual podemos acceder a ella, el medio por el que traemos “cosas” al presente. De eso se encargaría la acción de recordar. Este verbo viene del latín recordāri, formado de re (de nuevo) y cordis (corazón). Por eso cuando recordamos algo o a alguien, lo que hacemos es “volver a pasarlo por el corazón”. Además, como dicen coloquialmente, aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla, quiere decir que nuestros recuerdos tienen la capacidad de transformar el espacio presente en el cual se orienta el ser humano, es decir, la memoria en ese momento juega un papel preponderante para recordarnos quiénes somos, de dónde provenimos y hacia dónde nos dirigimos. De esta manera, a medida que el hombre rememora su existencia y resignifica las respuestas a las preguntas formuladas anteriormente, también encuentra su lugar en el mundo y al interior de la sociedad, a través de la construcción de la identidad. Como dice Coreth (1995) “no estamos determinados por nuestro mundo de una forma meramente pasiva” (pág. 85). Es Decir, no somos agentes pasivos de nuestra realidad, sino que tenemos la capacidad de transformarla a través de nuestros recuerdos y la capacidad de encontrar en el espacio presente, la fórmula para alimentar las vivencias que conforman la personalidad de cada ser humano y, posteriormente, recuperarlas en un lugar del futuro.


De acuerdo con lo anteriormente planteado, se podría complementar con una frase de Aristóteles, cuando decía que: “Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia”. Además, cada persona, desde su particularidad o singularidad existencial permanece atenta a los estímulos provenientes del medio externo e interno, para configurar las experiencias que mejor se acomodan o compaginan con su modo de ser, sentir, actuar y pensarse en el mundo. Por esta razón, vale la pena comentar que recordamos o tendemos a establecer conexión, sólo con aquellos acontecimientos que tienen la capacidad de robarse nuestra atención y que consideramos como importantes, mientras que aquellos sucesos que no alcanzaron a cautivar nuestra experiencia, difícilmente se podrán rememorar en tiempo futuro. 


Ahora, se me ocurre el siguiente cuestionamiento: ¿será que la memoria es una capacidad innata del ser humano para lograr la supervivencia de su especie? Debido a esto, se han formulado millones de teorías que intentan explicar este suceso. Sin embargo, Platón, desde hace décadas planteaba que el conocimiento del hombre surgía mediante la reminiscencia de su alma, es decir, cada una de las situaciones que se vivencian en el tiempo presente y a partir de las cuales se aprende, en realidad es el alma quien recuerda y resignifica aquéllas como parte de su vida, porque ya las ha vivido desde antes de llegar a la tierra. Aunque ésta es una concepción que ha tenido muchos debates con la llegada de la ciencia al mundo moderno, se sigue pensando si realmente los sujetos dedicamos a nuestra memoria la función de controlar nuestras vidas y cómo ésta infiere en los procesos de pensamiento, lenguaje y adquisición de conocimientos para sobrevivir al entorno contextual en el cual habitamos. Por lo que, indudablemente, la identidad personal se basa en la capacidad memorística que tiene cada individuo como producto de la interacción con otros, con el objetivo de reconstruir su vida y replantearse continuamente en las preguntas existenciales que se formularon al principio del presente texto. Por último, cabe destacar que la memoria es algo que aún no podemos explicar en profundidad ni definir con exactitud. Si bien conocemos algunos aspectos y factores que conjuntamente actúan e interceden por ella, la memoria es todo aquello que dejamos afuera de cualquier razonamiento y existen ciertos umbrales que la humanidad no podrá iluminar nunca porque se debe reconocer que la razón humana tiene un límite para conocer aquellos aspectos que trascienden la experiencia.






REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Zan, J. Memoria e Identidad [en línea] 2008, (Sin mes): [Fecha de consulta: 01 de octubre de 2014] Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28815531003                           
                                                    


Portales médicos. (2012). Neuropsicología de la memoria. Departamento de Psicología Clínica, Experimental y Social: Facultad de Ciencias de la Educación, Campus El Carmen. Disponible en: http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/4494/1/Neuropsicologia-de-la-memoria